La crisis del 3X4

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La crisis del 3X4
Corría el año 1998 cuando 'Los piratas' se quejaban de que, según los entendidos, la comparsa estaba de capa caída y la chirigota era la reina del Concurso de Agrupaciones. En aquel pasodoble, pensado y escrito para una función de preliminares concreta, en la que coincidieron Martínez Ares y Antonio Martín con 'Patiovecino', se decía que "la chirigota a la gente ha vuelto loca y salen 300.000". Era una exageración, una licencia del coplero. Ese año, concursó el mismo número de agrupaciones en ambas modalidades: 42. Para 2016, 18 años después, la situación ha dado un vuelco brutal. De momento, y a la espera de posibles bajas, el número de comparsas inscritas dobla al de chirigotas: 68 por 34. Es más acuciado el descenso de chirigotas que el ascenso de comparsas, más paulatino, cuyo número, por otro lado, es superior al de los coros, cuartetos y chirigotas juntos. ¿A qué es debido este fenóneno? No se entiende que sólo hace cinco años, en 2010, llegaran a concursar hasta 71 chirigotas. Ahora, en plenos ensayos para 2016, no hay ni la mitad. 

Las cifras de lo que ha ocurrido en el presente siglo no mienten, como puede verse en el gráfico que acompaña a esta información. Ambas modalidades han llevado números parejos en los primeros años de la centuria hasta que en 2007 la diferencia fue de 12 grupos a favor de las comparsas. A partir de 2008 las chirigotas remontan hasta sobrepasar en 2009 a las comparsas en cinco grupos. La mayor diferencia a favor del 3x4 se produce en 2010, cuando alcanza el pico más alto con 71 agrupaciones, por 61 en las comparsas. Desde ahí se produce la caída de la chirigota. En 2013 llega a 53. En 2014 a 47 y de momento son 34 para 2016. En cambio, la comparsa ha pasado de tener 45 grupos en 2001 a presentar 68 inscritas para el año que viene. Creció hasta tener 61 conjuntos en 2010, bajar y remontar en 2013 para colarse en las 68 citadas. Ya el año pasado, la diferencia entre ambas modalidades fue notable: 63 a 37 a favor de la creación de Paco Alba. 

De cara a 2016, en el descenso de chirigotas tiene que ver la ausencia de cinco de las que alcanzaron los cuartos de final en 2015. Son la chirigota puertorrealeña de Fermín Coto 'OBDC chocho', la de Bocuñano, la del Lupo, la de Kike Remolino y la de José Miguel Choza. Estos dos últimos autores se han pasado a la comparsa, aunque a grupos ya formados. Además de 'colaborar' con el descenso en número, es presumible que estas ausencias mermen de alguna manera la calidad general. En comparsas, las cuartofinalistas ausentes serán tres: la de Córdoba de los Aranda, la portuense de Los Majaras y la de Tarifa. Curiosamente, en infantiles se ha dado el fenómeno inverso. Hay inscritas muchas más chirigotas que comparsas: nueve frente a cinco. 

Lo que prepara Manolo Santander para el próximo Carnaval viene como anillo al dedo para este reportaje. 'Una especie en extinción (los chirigoteros)'. "Por ahí van los tiros", dice. El autor que nunca ha sucumbido a los encantos de la comparsa señala que la chirigota "va pasando a un segundo plano de forma inexplicable. Quiero creer que son modas". Sin encontrar la razón definitiva, Santander apunta a varios factores. Uno de ellos la falta de relevo generacional en cuanto a autores. "No sale nadie empujando desde hace tiempo y es justo apuntar también que hubo un tiempo en el que estábamos todos. Algunos de ellos hace tiempo que lo dejaron, como el Yuyu. Y Aragón y los Carapapa se pasaron a la comparsa. Son autores que daban mucha fuerza a la competición y que ya no están", explica. 

El autor de 'Los de capuchinos' afirma que el estilo de chirigota "que está de moda" no gusta "a los jóvenes, a los que le gusta mucho cantar lo clásico y no tanto la chirigota efectistas". Cree Santander que ese estilo "ha hecho mucho daño a la modalidad. Lo televisivo, lo visual, los cameos... con el tiempo se está notando. Gente que se ha apuntado al Carnaval hace diez años y no conoce lo que hubo antes". También entiende que "es más fácil hacer llorar que hacer reír", justificando así el mayor número de comparsas. 

Otro chirigotero como Vera Luque ve "complicado" encontrar una explicación al declive en la modalidad. Él, que ha ganado los dos últimos concursos y ha sido tentado por la comparsa en numerosas ocasiones, asegura que "no es más fácil hacer una chirigota que una comparsa. Creo que es al revés". El coplero destaca que la juventud se va enganchando a la comparsa "por las pasiones que desata y no sé si es que da más satisfacciones ganar en comparsas que en chirigotas, o más dinero", pero, por otra parte, no ha percibido razón de peso alguna para que cunda "el desánimo" en las chirigotas. Hoy día, según Vera, en el Carnaval "se está más pendiente del cante que de lo cómico". Y advierte que la chirigota "cuando más lejos te vas de Cádiz, es la auténtica referencia de nuestro Carnaval, quizás no tanto en Andalucía, donde hay más interés por la comparsa". Dice que hacer humor "es muy jodido". Porque "una comparsa, por mala que sea, con un piropo y una crítica y estando afinada, tiene asegurado sus aplausos. Pero si una chirigota, a la que se le exige ya hacer reir casi de principio a fin, pincha en lo cómico, es un fracaso". 

Tranquiliza a los que aman la chirigota y desalienta a los fans de las comparsas. "Nunca he considerado que el siguiente paso obligado en mi trayectoria sea escribir una comparsa. Es cierto que en algún momento el grupo y yo nos lo hemos planteado, pero me alegra no haber dado ese paso. Contentos de seguir enarbolando la bandera de la chirigota", manifiesta. 

Miguel Villanueva, presidente de la Asociación de Autores, asegura que el "efecto mediático" que tiene el Concurso de Agrupaciones "tiene su reflejo en la comparsa". A su juicio "la comparsa es más asimilable e imitable en otras localidades, por eso creo que cada vez hay más comparsas, pero la chirigota no. Es muy difícil imitar el ingenio, la chirigota auténtica de Cádiz. En cualquier lugar hay gente que canta bien, pero no es lo mismo que gestualizar, interpretar, moverse y tener la intencionalidad que tienen las chirigotas". 

Descarta Villanueva que el regreso de Martínez Ares haya provocado un 'efecto llamada'. "No tiene nada que ver. En 2015 no estuvo Ares y ya fueron 68 las inscritas", razona. 

¿Moda? ¿Tendencia? Lo cierto es que esta situación de inferioridad de las chirigotas redunda en el equilibrio de las funciones de preselección, donde la diferencia numérica impide un buen contrapunto cómico a la seriedad que imprimen, generalmente, las comparsas.


http://www.diariodecadiz.es/article/cadiz/2139794/la/crisis/x.html

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