La concejala de Fiestas, María Romay, ha destacado la gran repercusión que tuvo su labor como edil “en un momento muy complicado como fue la transición” y ha recordado que “fue el concejal que el que el 23 de febrero de 1981, en pleno concurso del Falla, decidió que éste continuara a pesar del intento fallido de golpe de Estado liderado por Tejero”
Romay ha afirmado que Mena “apostó por socializar y democratizar los actos de Carnaval abriéndolos a toda la ciudadanía, huyendo así de los actos elitistas cerrados a la mayoría”. De hecho, “fomentó un cambio en la estructura de las fiestas, y fundamentalmente del Carnaval, para que pasara de evento espectáculo a fiesta de participación popular. No en vano, una de las primeras medidas que adoptó fue crear una Comisión Ciudadana de Fiestas para canalizar las aspiraciones de los gaditanos en la materia y conseguir que fueran verdaderamente para el pueblo”.
Así, impulsó medidas que condujeron a una mayor democratización del COAC, pero también al fomento del propio Carnaval de la calle. En cuanto al concurso, ha puesto en valor “la eliminación de las subvenciones a las agrupaciones y la instauración de premios en metálico para los ganadores, con lo que se conseguía desmasificar y aumentar la calidad de los participantes”. Por otra parte, cabe recordar que se anuló por decreto la propiedad que algunas familias tenían sobre los palcos del Gran Teatro Falla, permitiendo así el acceso al teatro de más gaditanos y gaditanas de todas las capas sociales.
En lo que respecta a la calle, siendo Mena concejal de Fiestas se impulsó la instalación de elementos decorativos y escenarios en enclaves tan emblemáticos como las plazas de San Antonio o San Juan de Dios, se fomentaron los disfraces, las agrupaciones familiares, los concursos de bailes y de tanguillos, así como la cabalgata.
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