Las estrellas, para el cielo. En el Gran Teatro Falla, a su alrededor y en el suelo, como tributo a las legendarias figuras del Carnaval de Cádiz no se reproducen con naturalidad. El Ayuntamiento ha frenado esta iniciativa, creada por el gobierno municipal anterior. La Delegación de Fiestas, cuando se le pregunta por la posibilidad de mantener su colocación, que inicialmente iba a ser progresiva, guarda silencio.

Ni sí ni no ni cuándo ni cómo. Los nuevos responsables municipales asocian este proyecto con la etapa en la Alcaldía de Teófila Martínez. Por lo tanto, les produce escaso entusiasmo.

La historia de las estrellas de la fama alrededor del Gran Teatro Falla comenzó el 18 de febrero de 2013, hace casi cuatro años. Tras más de dos años de anuncios y preparativos, ese lunes festivo al fin se colocaron las dos primeras, dedicadas a dos leyendas de la comparsa, a su inventor Francisco Alba Medina, Paco Alba, y a uno de sus más excelsos seguidores: Enrique Villegas. Sus nombres debían ser los primeros de una larga lista. Cada año se irían poniendo varias, especialmente concentradas las presentaciones alrededor de Carnaval.

A la vuelta de unos pocos años, el brillante pavimento que rodea el primer teatro de la ciudad, la meca del Carnaval, sería una galaxia coplera que se podría recorrer de estrella en estrella, repasando a través de sus nombres la historia de la primera fiesta de la ciudad. En apenas dos años, esas losas de honor pasaron de esas dos iniciales a multiplicarse por cuatro.

Entre el 18 de febrero de 2013 y el 7 de febrero de 2015 se fueron presentando, en actos emotivos y familiares, con coplas, aplausos y memoria, se colocaron y descubrieron hasta ocho. Además de las dos primeras fueron las de míticos pioneros del coro como Antonio Rodríguez ‘El Tío de la Tiza’, Manuel López Cañamaque y José Macías Retes, la de un chirigotero ejemplar como Ramón Díaz ‘Fletilla’ y la de otro comparsista de los grandes, Pedro Romero.

El último, hasta ahora, en recibir el honor, y además con la fortuna de hacerlo en vida y con mucha salud, fue Antonio Martín García. Su estrella en el llamado Paseo de la Fama del Carnaval de Cádiz era descubierta el 7 de febrero. El acto lo presentaba, José Blas Fernández, apenas tres meses antes de unas elecciones municipales que supondrían el final a 20 años de gobiernos ininterrumpidos y con mayorías absolutas del Partido Popular.

En una primera fase, acordada por el Patronato del Carnaval y el Ayuntamiento de Cádiz, ese Paseo de la Fama contaría con 16 baldosas, 16 estrellas de autores o componentes históricos, de trascendencia indiscutible. Posteriormente, ese número sería ampliado en distintas fases.

La idea original consistía en remedar el Paseo de la Fama de Hollywood, creado en 1958, pero en versión minúscula y carnavalesca, es decir, crear un lugar en el que el recuerdo a las figuras, inmortalizadas en forma de estrellas, sirva a la vez de atractivo turístico y testimonio de agradecimiento.

El paseo californiano tiene casi 2.600 estrellas que representan a figuras del cine, la televisión, el teatro y la música de Estados Unidos, principalmente, y de otros países del mundo. La de Cádiz, mucho más modesta, iba a tener inicialmente 16 pero se quedó en ocho. Esa fue la cosecha estelar en los dos primeros años de vida de la idea. En los dos siguientes, no ha nacido ninguna estrella y habrá que esperar al pronunciamiento de la Delegación de Fiestas para saber si habrá más.

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