Con el sistema de venta en el que se pide el DNI del comprador, en el que no se venden más de un determinado número de entradas por persona y función, en el que se controlan los nombres de los que acceden al Teatro Falla para que coincidan con los compradores… parecía que la reventa se había eliminado del COAC. Sin embargo, cada año, algunos consiguen entradas que posteriormente venden a un precio superior al de taquilla. Y este año no ha sido una excepción.
Las redes sociales se han convertido en los últimos años en lo que los alrededores del Falla y en especial los bares más cercanos fueron toda la vida: el lugar donde encontrar esa entrada que se ha agotado en la taquilla y por la que los aficionados están dispuestos a pagar un precio muy superior que en taquilla. Así, ya hay disponibles en las redes sociales entradas para todas las funciones de, al menos, preliminares. Sólo hay que dar con el vendedor y contactar con él.
Mientras esta práctica se mantiene, decenas de aficionados han soportado el frío de estos días en una cola y se ha agolpado ante las pantallas de ordenador para hacerse con las funciones que tenían marcadas en su particular calendario.
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