Su coro ha dejado de convertirse en una posible revelación para ser una realidad. En el Concurso del Falla de 2013 protagonizó la agradable sorpresa del certamen y alcanzó los cuartos de final con Cantina las Manitas. En 2014 confirmó todo lo bueno apuntado y repitió la misma condición con Aquelarre. Ahora vuelve con energía renovadas con Que Dios nos coja confesás.
Como ocurre con todas las agrupaciones siempre hay una cara más visible, aunque se trabaje en equipo. En el caso del coro femenino ese privilegio recae en Lucía Pardo. La hija del reconocido corista no puede ocultar su “ilusión porque este año la idea ha cuajado. Eso se nota en las niñas, en la forma de asumir lo que le llevas”. Pardo admite que “lo de 2013 fue una sorpresa y en 2014 ya menos. Creo que vamos bien para 2015 pero nunca se sabe lo que pueden traer los demás”.
En relación a la composición del grupo, como casi todos los años se han producido unas 5 ó 6 bajas por motivos laborales, gente que ha abandonado el colectivo por fuerza mayor pero no por otro tipo de cuestiones. Al respecto de la nueva idea, la letrista adelanta que “llevaba mucho tiempo en mi cabeza y en la de Zampi. Pero hasta que no nos hemos visto realmente preparadas para afrontar el reto no lo hemos hecho realidad”. Y añade “el nombre es muy evidente, no vamos a esconder nada, aunque cada cual que imagine lo que quiera”.
Lucía Pardo se enorgullece de que “cada vez seamos más coros. Me alegro mucho que haya más competencia, más rivalidad. Este año además con la vuelta de Quico Zamora y con esos nuevos grupos que seguro seguirán despuntando. Ojalá hubiese todavía más”. Y mirando a febrero no esconde un deseo: “Nuestro objetivo es mantenernos en cuartos en cuartos peros soñamos con las semifinales”.
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